27ene 2012

Devolvemos la sonrisa a los cadáveres

Tengo 44 años. Nací en el mes de las flores. Me apasiona restaurar cadáveres. Trabajo en la Funeraria Egarense (Terrassa) y soy tesorero de la Asociación de Profesionales Tanatoprácticos de Cataluña. Iba para auxiliar administrativo pero decidí ganarme el sueldo cuidando cadáveres. Cada cual tiene su dios; siempre me encomiendo a alguien. Crearía una ONG para conservar las víctimas después de un atentado, o de una catástrofe.
 
- ¿En qué consiste exactamente su tarea como tanatopractor?
- La tanatopraxia sería un conjunto de técnicas que dividimos en tres fases fundamentales: la conservación, la tanatoestética o cuidados estéticos, y otra es la reconstrucción o restauración. Entonces, el tanatopractor es la persona que realiza y domina estas técnicas. En ocasiones también nos encargamos de vestirlos.
 
- Debe resultar difícil trabajar con cadáveres.
- ¡No! Llevo ya 22 años en la profesión. No te habitúas nunca, yo siempre digo que tenemos que ver el difunto como una persona, o como un elemento más del trabajo, y a veces es difícil, incluso por la misma presión del trabajo. Pero es lo que hay que conseguir, sino el trabajo no está bien hecho.
 
- Debido a su profesión, ¿nunca ha tenido problemas con su familia o sus amigos?
- ¡Ninguno! Mis amigos se lo toman bien, todos lo saben. Es algo que no oculto, y además como decía antes ahora me apasiona, y creo que es una suerte trabajar aquí. 
 
- Fijándonos en su trabajo, ¿qué pasa con los cuerpos desde que los reciben hasta su salida?
- Cuando recibimos un cuerpo a través de un servicio de recogida, lo colocamos en la nevera. Una vez sacado de la nevera, lo que siempre hago es analizarlo como persona. Puedes llegar a imaginar: ¡pobre persona, fíjate cómo está, en qué puedo ayudarla!. Luego, me pongo el disfraz de profesional adquiriendo la distancia del profesional, y entonces ya lo analizo como tal ya que ésta es la única manera de ayudarle. A veces trabajamos en grupo, pero habitualmente lo hago solo.
 
- ¿Qué tipo de potingues les aplican?
- Depende de lo que tenga que realizar. Si tengo que hacer una reconstrucción, pues sería a base de ceras; si se trata de cuidados estéticos o maquillaje se usan productos normales de maquillaje; y si es conservación, se usan productos conservantes.
 
- Imagino que los productos los fabrican especialmente para vosotros.
- No. La cosmética es convencional, igual que la cera. Lo que sí es, de cara a la tanatopraxia, son los productos conservantes y otros que son absorbentes. Hay productos que sí que son específicos.
 
- ¿Si en algún caso recibieran un cadáver con indicios de descomposición, aceptarían el reto, o existen unas limitaciones?
- Venga como venga el cuerpo, tenemos que colocarlo en el ataúd. La cantidad de cosas que tenemos que hacer nos lo dirá el cuerpo. Hay veces que el cuerpo está demacrado, y no hay posibilidades de hacer nada. En algunos casos debemos de tener mucho cuidado, porque si damos a la familia esperanzas de que vamos  a obtener un cierto resultado y después no lo conseguimos, la familia se va a sentir mal. Hay veces que si el cadáver tiene muchas magulladuras y las tapo poniéndole capas de maquillaje o cera, se crea el efecto muñeco. Luego la familia no ve a su familiar, ve una especie de muñeco, y eso a veces también duele.
 
- ¿Cuánto tarda en maquillar un muerto?
- Maquillarlo estrictamente, a veces entre diez y veinte minutos, pero no más. Una conservación podría tardar aproximadamente una hora. Una restauración es muy difícil de concretar, porque yo no sé lo que tengo que reconstruir. Lo que sí nos dan es el plazo medio de preparación del difunto sin conservación, que sería de una hora. Vestirlo, maquillarlo y presentarlo.
 
- ¿Resulta muy caro ‘poner guapo’ a un muerto?
- Maquillaje, exclusivamente, entre 30 y 60 euros. La tanatopraxia completa rondaría sobre los 240 euros. Incluye conservación del cuerpo, la posible reconstrucción que hubiera que practicarle, los cuidados estéticos y maquillaje.
 
- ¿La calidad del maquillaje, va en función del presupuesto de la familia del muerto?
- Trabajo en un tanatorio en que la diferencia entre el que más paga y el que menos, está en el ataúd. No en la atención que se le da al cliente, no en la calidad de la sala, no en la calidad de nada más. Se usa el mismo vehículo, personal y dedicación. Aunque sé que hay empresas que sí que le dan un trato diferente a los clientes, dependiendo de lo que pagan.
 
- Cuando trabajáis seguís un tipo de ética o de normas.
- Tenemos una ética profesional y la empresa te marca unos criterios. No puedes desvelar nunca la identidad; a veces es complicado hablar de estos asuntos porque según que temas no los puedes tocar. La gente se podría sentir mal y esto es lo que hemos de proteger, la sensibilidad de los familiares.
 
- Supongo que tendrá muchas anécdotas en su repertorio.
- ¡Muchísimas!. Una vez me quedé encerrado en un ascensor bajando un difunto, el ascensor bajó medio metro y era un edificio de cinco o seis plantas, y me tuvieron que bajar en manivela. También recuerdo que una vez pusimos a un difunto unas gafas de colores brillantes como las que llevan los niños, a petición de la familia. A veces han llegado a decirme que  ponga encima del pecho del cadáver unas tijeras abiertas para que no se hinchara. Son manías, creencias de las familias; lo importante es que la familia se quede tranquila y satisfecha. Cuando una familia ve un difunto, esa imagen la recuerda durante mucho tiempo, y si no es lo más digna posible, eso lo recordarán.
 
- ¿Está bien valorada su profesión?
- ¡Fíjate, creo que sí! Cualquier persona que te escuche, no que venga con morbo, ni que venga con el chiste fácil, puede llegar a entender que se trata de una profesión muy agradable. A parte, cuando fallece un familiar y te vienen con el chiste fácil, cuando ven tu trabajo recapacitan. En nuestro trabajo lo que se miden sobretodo son muchos sentimientos. Y son los que tenemos que cuidar. Cualquier persona con un mínimo de inteligencia sabe que nuestro trabajo es muy delicado.
 
- Usted realiza obras de arte.
- Hay quien lo dice. Un cirujano no hace obras de arte cuando opera, podemos decir que una enfermera no hace una obra de arte cuando repara la herida de un paciente. Hacemos trabajos de mano y de cara a la humanidad. En nuestro trabajo ahora también extraemos el globo ocular, siempre con el consentimiento de la familia, para utilizar la córnea en gente que la requiera para trasplante, y eso me hace sentir muy bien, pero no creo que esté haciendo ninguna obra de arte. Se trata de un trabajo muy humano.
 
- ¿Cuántos cuerpos pueden llegar a trabajar en un día?
- El viernes pasado tuvimos trece, pero habitualmente tenemos una media de cinco o seis. Recibimos, normalmente, cadáveres de muerte natural. Hay menos accidentes que muertes naturales. Lo que pasa es que dan más faena los accidentes.
 
- ¿Hay mucha competencia?
- En España somos diferentes. En Francia trabajan de otra manera, en Estados Unidos y en Canadá de otra, pero aquí los tanatopractores, de momento, estamos en un tanatorio y pertenecemos a él. Por ejemplo, aquí en Terrassa sólo hay una empresa, entonces nosotros hacemos todos los cuerpos de Terrassa. En Barcelona ahora hay dos, que se los reparten.
 
- ¿Se siente bien pagado?
- ¡Siempre diríamos que no, siempre queremos más!. Pero como profesional, entiendo que lo que he de hacer es cuidar mi trabajo, luego ya vendrán los asuntos económicos. Es más importante que puedas desempeñar un buen trabajo.
 
- ¿Cuál es su filosofía de la vida?
- Yo he tenido un problema con el cáncer, y eso tal vez me haya enseñado más. Aquí ves pasar a mucha gente, todos sabemos que todo el mundo muere, y sin embargo  creemos que no vamos a morir nunca . En la televisión vemos más muertes que yo en mi trabajo. Lo que siempre he querido es vivir, aunque sean tres meses, vivirlos al máximo. Hay gente que muere con cien años y no ha vivido dos meses, hay que vivir, ser feliz, aprovechar cada día, y sacar lo bueno de cualquier momento aunque no sea tan bueno. Para tener momentos buenos tiene que haber de malos; si todo fuera bueno no podríamos apreciar lo que es mejor. Si no vives con esperanza los malos tragos, y no disfrutas los momentos de esplendor, te costará vivir. ¡Pero vamos, filosofía barata!
 
Edgar Izquierdo Moreno
Fuente: http://lasopadeblog.blogspot.com/2012/01/la-entrevista-antonio-navarro.html

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